viernes, 23 de mayo de 2008

Va de nuevo

Segunda prueba para las ranas que se vuelven príncipes. Esta vez ya aceptada por la autoridad. Bien!

jueves, 8 de mayo de 2008

Contenta no.

Un experimento. Vaca muerta de la Jornada. De la serie quién sabe qué chingados pasa.

Dos exinquilinos


Una vez tuve un diablito chiquito chiquito y un gato que a huevo quería que lo vieran como a un humano, y no sólo eso, sino a uno de los que salen en las películas, Humphrey Bogart vaya. Los dos se mudaron y creo que ya no regresan. La pasan bien.

La princesa y la rana.





Pruebas para ilustrar el cuento de la princesa y la rana.

Para temblar.


Este es un libro plegable que hice junto con el Chanto, Santiago Ruiz Velasco, como un producto del Ilustradero para su primera aparición, en la FILIJ. El año pasado.

Dragón


Para un estencilote, una idea original del Juan Leduc.

En su tinta

Diseño para una playera.
Viento en vela.
Más viento.
Una más para Viento en Vela.
Una de las ilustraciones para un número de la revista Viento en Vela.

Contra la violencia a las mujeres.

Cartel que hicimos también Juan Leduc y yo para un concurso de equidad de género al que convocó el Centro Cultural de España en México. Se supone que en esta convocatoria el acento se ponía en la violencia contra las mujeres. No sólo los golpes son violencia.

Cartel


Y este es uno de los diseños finales para el cartel del festival.

Contra el Silencio.

Este es el logo que hicimos Juan Leduc y yo para el V Encuentro hispanoamericano de cine y video documental independiente Contra el Silencio Todas las Voces. Para nuestra felicidad, el logo se va a quedar para los siguientes festivales.
Una del diablo.
Una más.

Postal.

Otra de las postales.

El de enmedio.

La primera de cinco postales con las que participé en la caja de El Ilustradero.

La Diferencia de la Mirada

El Fondo de Cultura Económica organizó, hace más o menos un año, una exposición de ilustración infantil sobre el Distrito Federal. Se trataba de representar algo de la ciudad pero sin recurrir a los lugares comunes. Pensé en los ajolotes, que son endémicos del Valle de México, y cuya presencia en la ciudad parece anacrónica, surrealista. Xólotl, el dios mexica que le dio su nombre al ajolote, temía sacrificarse junto con los otros dioses para darle vida a los hombres, y corrió a esconderse en distintos sitios para evitar la muerte. En cada sitio que se escondía se transformaba. Cuando se escondió en el agua, tomó el nombre de a-xólotl, o xólotl de agua; y la forma del ajolote.
La deidad está relacionada con las transformaciones, y con la vida y la muerte. Es hermano gemelo, pero monstruoso, de Quetzalcóatl, y también su transfiguración.
El ajolote, además, es una permanente larva de una salamandra que nunca llega a ser.
Por todo, se me ocurrió que estaba bien hablar de la ciudad como del ajolote que en el juego de las transformaciones y las pequeñas muertes permanece.

Para Teatrio








Estas son casi todas las ilustraciones que presenté para el concurso de Teatrio en Venecia. Ni gané, ni me seleccionaron, jeje. El tema era los fantasmas. En mis ilustraciones quería hablar de las historias que guardan los objetos, en este caso una silla, y de cómo podían quizá recrearse cuando no hay nadie.

Campeador.

Ésta ya no es para el diplomado. Fue una prueba para una versión del Cantar del Mío Cid para niños que iba o va a editar la UAM. Esta escena es del primer destierro.

Polizón.

retrato censurado en el taller de ilustración con plastilina de Anabel Prado.

Al minuto.


Esta es una estampa, del taller de Joel Rendón. Una máscara para el diablo, que en realidad no es nada terrible.

Mariposas

Comenzó a volar en el taller de gouache de Enrique Torralba, y se suponía que era la primera de dos lustraciones con la misma técnica en la que habría también una micronarrativa. Pero ella no va a encontrarse con nadie, todavía.

O R U?

Del taller de Infografía. Cómo funciona un/una narghile.

En la sala.


Esta es de la clase de acuarela que dio Martha Avilés. No tiene una historia atrás. Hay una foto, en la que me inspiré, pero en ella no hay elefante y sí hay un chihuahueño en una calle. La intención era nada más crear una tensión que sugiera al que mira la imagen una historia. Y bueno, si uno se pone freudiano se sugiere todavía más...

El tigre y el tigre

Esta historieta fue el resultado de la clase de Ricardo Pelaez. Una clase de las chingonas chingonas. Yo nunca he pensado hacer seriamente historietas pero hacer esta fue un experimento bastante interesante. Pensar en la historia, en la narrativa de las imágenes, la composición de los cuadros en general y de cada uno en particular, en los personajes, el guión, y demás es un ejercicio bastante enriquecedor para cualquiera que se interese en la ilustración o en cualquier cosa que implique contar historias con imágenes. Además nos hace reconsiderar una forma de expresión que suele verse desacreditada frente a la "literatura de verdad".

Del circo.

Este es un scratch, del taller de scratch impartido por David Lara.

Monstruo, le dicen.

Del taller de ilustración científica, impartido por Aldi Oyarzábal.

miércoles, 7 de mayo de 2008

La primera imagen


Para empezar, un recorrido por este camino que apenas se traza.
Esta ilustración, y las siguientes que suba, fueron hechas durante el diplomado de ilustración que cursé en la Casa Universitaria del Libro y que ha sido mi primera introducción real a este oficio. En este caso se trataba de hacer una ilustración de un cuento tradicional pero desligada de sus representaciones cotidianas. Esta es Blancanieves.

Así que así se postea...

Estoy estrenando un blog, y estoy estresado. No sé cómo hay gente que va por ahí poniéndole nombre a todo lo que usa, compra, quiere, como si cualquier cosa. Poner nombres es de lo más difícil, según yo. Una vez que algo tiene un nombre ya tiene también límites y contenidos y una forma y expectativas y proyecciones y todas esas cosas a veces indeseables.
Así que se inaugura este blog sin un nombre definido; probablemente se pruebe después varios hasta que la suerte, el hastío o la costumbre le dejen uno puesto, como Orfeo, mi perro, que tuvo sus primeros meses como cinco nombres más.
De su contenido, se supone que éste sea un blog de ilustración y demás cosas plásticas de mi autoría o de mi admiración, pero puede suceder que de pronto reaparezca el filósofo y quiera meter también él su cuchara. En fin, ahora que todavía no hay nombres ni etiquetas todo es todavía susceptible de ser cualquier cosa.
Bueno, pues chido, pásenle a lo barrido y gocen, o no.